¿Cuál es tu impresión respecto a los cortos que se encuentran en competencia?
“En general, muy buena. Yo fui jurado únicamente una vez en el Fondo Nacional de las Artes, con muchas más cantidad de cortos, y había en porcentaje un grupo muy chico que se destacaban. El resto eran una gran cantidad de cortos, medio de relleno. Acá es un poco más parejo el nivel. Hay de todo, pero hay cortos que tienen una realización increíble y a un nivel muy bueno”.
¿Qué particularidades vez en las producciones argentinas?
“Obviamente las historias argentinas, por ejemplo en el tema documentales, como están más vinculadas a lo que vivo yo a diario, es como que uno se acostumbra más. Entonces quizás al ver una producción extranjera quedás como más impactado. Ya sea por lo que están mostrando, por los paisajes, o un montón de cosas llamativas, que uno las ve con la mirada de extranjero, por así decirlo. Uno se acostumbra a los productos de acá, de Argentina. Pero en general me parecieron bien, con una correcta realización. Hay historias que están buenas, y hay otras que necesitan como mayor desarrollo en las cuestiones técnicas. Hay como un descuido que en general en las producciones extranjeras no lo veo”.
¿Qué tan importante es para la producción de cortometrajes la organizar este tipo de festivales?
“Es justamente un incentivo muy grande para alguien que tal vez no ha accedido todavía al trabajo en largometraje. Pero además el corto tiene algo muy especial, yo conozco varios directores que después de haber hecho uno o dos largometrajes, se han abocado a hacer un corto. Porque tiene esa cosa especial de lograr una síntesis, de lograr que algo funcione en tan poco tiempo.
Entonces, para alguien que por ejemplo está estudiando, que está casi terminando sus estudios, de golpe sentirse mencionado o premiado en un festival de estos, muchas veces puede ser lo que lo defina a largarse a un proyecto más grande. A veces lo que falta para hacer un proyecto más grande es, eso, ganas, y decir lo voy a hacer, encararlo y darle para adelante. En particular creo que, ahí me sale mi alma docente, quizás ayuda un poco a ver cuál es el panorama, que es lo que pasa en las escuelas de cine a nivel argentino. Creo que hay diferencias entre las escuelas de cine y en estos concursos es cuando uno tiene la posibilidad de cotejar y ver, qué cosas funcionan más y menos”.
Este tipo de festivales también acerca talleres a la comunidad ¿Qué respuesta tuviste?
“No tenía mucha idea de cómo iba a funcionar la charla, no sabía qué cantidad de gente asistía al festival, como es la primera vez que vengo. Los festivales en Buenos Aires tiene otra magnitud, otra locura también. Uno corre para ver películas y termina viendo lo que haya, porque hay que pagar entradas y hay que conseguirlas con antelación. Esto tiene otro ritmo, otra tranquilidad. Entonces no sabía que esperar de la charla.
Realmente me gustó, me llamó la atención. No sé cuál es el nivel de gente que ha asistido a otras charlas en otros años, pero hoy había acá entre cincuenta y sesenta personas de las cuales notaba una linda respuesta, una participación en lo que yo decía. Me parece que también el tema que yo elegí, si bien puede sonar un poco específico, o como que está dirigido a sonidistas, esta charla yo la planteo un poco más abierta, dirigida a directores, montajistas, a guionistas, a productores, que son, en este caso, los que también tienen que ver con el sonido de una película. Entonces en ese sentido se enganchan muchos más, porque es más difícil, cuando está dirigida a un público más cerrado. Este tipo de charlas son un momento para aprovechar y en el caso de acá de Olavarría, lo digo medio desconociendo, hoy por los comentarios que tenía de la gente, como que no habían tenido una charla sobre sonido. Entonces a mi me da como una doble satisfacción, traer un tema que realmente les sirva y que se vean interesados me motiva muchísimo y me da ganas de dar muchas más charlas. Para mí es altamente positivo”.
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