Empezó el FICO. El público superó las expectativas de los organizadores. Periodistas de medios locales y nacionales, realizadores de todo el país, autores de los tres cortos locales en competencia, autoridades del Municipio y de la Universidad, artistas plásticos, amigos, familiares.
El Salón Rivadavia fue una fiesta, y luego de una presentación oficial precisa y acertada, los cortos hicieron su aparición protagónica en un ambiente cargado de gente con ganas de hacer amigos nuevos.
Espectadores, críticos y realizadores recorrieron las videoinstalaciones, y expectantes, se apropiaron de un cinebar que en poco rato se vio atiborrado de diálogos con un hilo común: El intercambio de experiencias, el juego abierto a distintas ideas y formas de producción, a distintos soportes, lenguajes, formas de trabajar: “Si la promoción y difusión de la producción de cortos es importante, lo es más el poder compartir la pasión por lo que uno hace. Lo bueno es que a través de estos encuentros, uno cae en la cuenta de que siempre hay gente nueva, siempre hay más y nuevos entusiasmo y es fundamental poder visualizarlo”, se escuchó por ahí.
Primera impresión: El FICO no es sólo espacio para ver, mirar, y debatir. Fundamentalmente, es un espacio de acción. Sigamos, que la cosa ya empezó.