28.4.10

Después de 6 años de trabajo, “Copia A” llegó al FICO y se llevo el premio a la mejor animación

Gervasio Rodríguez Traverso y Pablo Alberto Díaz son dos animadores argentinos. Luego de seis años de trabajo lograron terminar “Copia A”, proyecto que nació como trabajo de tesis para la facultad y se convirtió en un cortometraje exhibido y premiado en diversos festivales. Luego de recibir el premio a mejor animación, los realizadores compartieron unas palabras con nosotros.


¿Cómo fue el detrás de escena del corto?

Gervasio: “El corto nació como la tesis nuestra, para la última materia de Diseño III de la carrera Imagen y sonido de la UBA. La última materia de diseño, que cursamos con Rodolfo Saenz Valiente – un animador muy reconocido-, y lo empezamos en ese momento, hace 6 años. Por diferentes cuestiones, porque justo empezamos a trabajar de lo que hacemos que es 3D, tuvimos que  cortar el proyecto durante varios años, y podíamos trabajar un mes o dos meses por año, en la medida que estábamos libres de trabajo. Justo empezamos con dos proyectos a la vez, el laboral y el corto. Y en ese momento tuvimos que darle prioridad al trabajo.
Pero lo veníamos estirando, ya teníamos ganas de terminarlo y este año se hizo una convocatoria muy particular, del Instituto del Cine y el programa “Caloy en su tinta”. Organizaban una selección para conformar una muestra de trabajos argentinos, que iba a representar al país en el Festival de Annecy, Francia, -que es el festival de animación más importante del mundo- donde la Argentina iba invitada por el Bicentenario. Como teníamos ya fecha de este festival y hacía meses que la conocíamos, decidimos terminar lo último que nos faltaba, que ya eran los últimos ajustes, la música y el audio. Terminamos, obtuvimos el tercer premio y el corto logró el objetivo que era formar parte de esa muestra.”

Pablo: “Eso en cuanto al detrás de escena. Lo que marcó el trabajo es aquello de lo comercial y lo artístico. Que es lograr alternar las dos cosas y que logren convivir y eso hizo que la producción del corto sea muy caótica. No hay nada peor que estar haciendo un trabajo, dejarlo un año sin tocar y volver a arrancar. Cada vez que volvés a empezar  tenés que ponerte al día con todo lo que estabas haciendo. Eso marcó al trabajo, y también la voluntad de terminarlo. Más allá de los premios y el reconocimiento que está obteniendo el trabajo, algo que nos puso muy contentos fue habernos podido demostrar que éramos capaces de terminar el trabajo.”

Gervasio: “La enseñanza más grande que nos da esto es que tenemos que pulir el método de producción, para poder tener una disciplina y organizarnos un poco las prioridades, pero es difícil porque el cortometraje… o por lo menos nosotros, no sabemos como vivir del cortometraje, y hay que trabajar también. Pero se da como un ida y vuelta porque nosotros trabajando comercialmente adquirimos las herramientas y la experiencia como para después aplicarla en este trabajo. También en estos seis años de desarrollo del cortometraje ha pasado en muchas oportunidades, que hemos armado o rehecho tomas porque fuimos creciendo profesionalmente y veíamos errores que en su momento no veíamos, y no los queríamos dejar pasar. Lo que tiene de bueno el no haber tenido un plazo de entrega es que en última instancia lo pudimos seguir puliendo.”

Pablo: “De hecho el corto original duraba menos y le agregamos un minuto y medio más, y reescribimos el guión, ya con tomas terminadas le agregamos un secuencia en el medio, y ayudó a enriquecerlo bastante”.       

Gervasio: “En un momento tenés que cortar, porque seguís toda la vida sino…”


¿Por qué decidieron participar en el Festival y qué significan este tipo de eventos para los realizadores?

Pablo: Una de las partes importantes de todo proyecto audiovisual, y que capaz que uno a veces se olvida, es la difusión. Estuviste mucho tiempo trabajando en algo, lo viste doscientas veces y después te olvidás, no lo querés ver más y no lo movés. Una de las mejores vías son los festivales. Mandando a muchos lugares, llegamos al Festival de Olavarría. Lo cual para nosotros fue una muy buena sorpresa haberlo descubierto. Cuando nos enteramos que nos seleccionaron, nos llegó la invitación por parte de la organización y bueno… después la llegada a la ciudad. Nos han tratado muy bien y se nota la organización en todos los detalles del festival. También nos sorprendió, cuando vimos la selección de trabajos muchos eran extranjeros, y dijimos el nombre “festival internacional” no es en vano, se está cumpliendo al pie de la letra. Y bueno, eso nos pone contentos porque hace que la selección tenga aun más mérito, pero también asustaba un poquito, porque siempre uno tiene la esperanza de llevarse un reconocimiento y se hacía un poco más difícil. El premio para nosotros fue muy importante, nos puso muy contentos”.

Gervasio: “Aparte como experiencia, muy positiva. Veníamos a ver que pasaba y la verdad que la pasamos bárbaro, nos trataron recontra bien y encima ganamos en nuestra categoría. Re contentos.”

Pablo: “El jurado también, un jurado calificado. También está bueno que se haga la división en categorías, animación, documental y ficción. Por ahí en algunos festivales no se hace y no se puede comparar un documental con una ficción, o animación. También estuvo bueno conocer a otros realizadores, gente interesante para compartir experiencias, y que por ahí no están relacionados con la animación.”

Gervasio: “Otra cosa es que está bueno que participa la gente de Olavarría, porque a veces pasa que en los festivales terminan siendo el público los propios pares, los de la comisión y autoridades. Pero no tenés público, y el que hace cortometrajes no puede mostrar el trabajo si no muestra a través de pantalla en festivales, porque no tenés acceso a otros canales de difusión. Entonces, tenés la oportunidad que el público vea, por que uno trabaja para el público. Que el público pueda ver tu trabajo es muy bueno, y no tener siempre la opinión de alguien que está en el medio, porque se vuelven charlas de profesionales re contra técnicas.”


¿Cómo es hacer animación en Argentina?

Pablo: “Difícil, en general como cualquier otra disciplina audiovisual, pero tal vez sea especialmente difícil porque no…, aclaro que todo lo que decimos es desde la experiencia nuestra y no conocemos todo el panorama de la animación argentina –hay grandes animadores en Argentina-, pero no hay una industria como podés encontrar en otros países, como en Europa, y eso complica un poco las cosas. Pero por ahora todo se soluciona con la voluntad y las ganas de aprender a medida que se hacen las cosas. Hay grandes animadores, son casos muy puntuales, pero sin ir más lejos no hay producción de largometrajes y series animadas a gran escala.”

Gervasio: “Otra cosa que pasa es que hay un gran nivel técnico y artístico en publicidad. La animación ha llegado a la publicidad, es decir, empresas que se dedican a vender servicio, hay gente, hay animadores, hay realizadores de efectos, hay todo, pero sin embargo no hay mucha producción de buena calidad de animaciones no comerciales, de cortometrajes. Lo que te demuestra en realidad, es que no pasa en este país lo que pasa en países envidiables, como por ejemplo Canadá, que tienen toda una estructura de apoyo gubernamental al cortometraje. Acá pasa que la gente en última instancia tiene que trabajar y tiene que poder vivir de lo que hace. Como la animación lleva mucho tiempo, es muy difícil que teniendo un trabajo full time después tengas energía, tiempo y las ganas, para en tu casa hacer un trabajo de primera línea. Al no haber apoyo puntual a la animación, creo que es por eso que no hay tanta cantidad de trabajos”.

Pablo: “Esta es nuestra opinión, también como animadores vivimos bastante encerrados en nuestro lugar de trabajo”

Gervasio: “Los animadores son seres solitarios. No hay tanto apoyo y cada uno termina por su cuenta.”             

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